I
El largo camino de la vida
está lleno de viento, lluvia y cambios.
Los largos años son duros y desolados.
Las nubes negras crean un abismo.
Satanás domina, tan despiadado,
reina como un tirano y no deja pensar.
Tentado, el hombre pierde la dirección,
busca fama y fortuna, lleno de heridas,
herido y sin semejanza humana,
con el corazón y el cuerpo cansados,
sin fuerzas para luchar, descorazonado.
No tiene adónde ir, dolorido y perplejo.
Ansío encontrar una tierra pura y de verdad.
Viajo por todo el mundo buscándola.
Entristecida, oro con sinceridad
y espero que el Señor me quite la pena.
II
Los siete truenos resuenan.
Cristo de los últimos días aparece y obra.
Oí las palabras de Dios y vine ante Él,
las disfruto, conozco la verdad.
Las palabras de Cristo me alimentan.
He sentido el amor de Dios.
Las pruebas, el dolor y refinamiento
enriquecen la vida al crecer.
Al ser juzgada, me libero de mi corrupción
y soy purificada y salvada.
Ya no habrá más lágrimas ni angustia.
Me arrodillo ante Dios, le muestro mi corazón.
Dios me eligió por Su amor;
doy gracias por Su salvación.
Practico la verdad, vivo ante Él,
cumplo con mi deber y le devuelvo Su amor.
Dios me eligió por Su amor;
doy gracias por Su salvación.
Practico la verdad, vivo ante Él,
cumplo con mi deber y le devuelvo Su amor.
Cumplo con mi deber y le devuelvo Su amor.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”