II. Se debe dar testimonio del aspecto de la verdad relacionado con las tres etapas de la obra de salvación de la humanidad por parte de Dios
1. Los objetivos de las tres etapas de la obra de Dios relacionada con Su gestión de la humanidad
Las palabras relevantes de Dios:
La totalidad de Mi plan de gestión, un plan que abarca seis mil años, consta de tres etapas o tres eras: la Era de la Ley en el principio, la Era de la Gracia (que también es la Era de la Redención) y la Era del Reino en los últimos días. Mi obra en estas tres eras difiere en contenido según la naturaleza de cada era, pero en cada etapa concuerda con las necesidades del hombre o, para ser más preciso, se hace de acuerdo con las artimañas que Satanás emplea en la guerra que libro contra él. El propósito de Mi obra consiste en derrotar a Satanás, hacer manifiesta Mi sabiduría y omnipotencia, exponer todos los engaños de Satanás y, así, salvar a toda la raza humana, que vive bajo su campo de acción. Consiste en mostrar Mi sabiduría y omnipotencia al tiempo que revelo la insoportable monstruosidad de Satanás. Aún más, consiste en enseñar a Mis criaturas a discernir entre el bien y el mal, a saber que Yo soy el Gobernante de todas las cosas, a ver claramente que Satanás es el enemigo de la humanidad, lo más bajo de lo bajo, el maligno, y a distinguir, con absoluta certeza, la diferencia entre el bien y el mal, entre la verdad y la falsedad, entre la santidad y la inmundicia, y entre lo magnífico y lo innoble. De esta forma, la humanidad ignorante podrá dar testimonio de Mí de que no soy Yo quien corrompe a la humanidad, y que sólo Yo —el Señor de la creación—, puedo salvar a la humanidad, sólo Yo puedo conceder al hombre cosas para su disfrute, y llegará a saber que Yo soy el Gobernante de todas las cosas y que Satanás es, simplemente, uno de los seres a los que creé y que, posteriormente, se volvió en Mi contra. Mi plan de gestión de seis mil años se divide en tres etapas para lograr el siguiente efecto: permitir que Mis criaturas se conviertan en Mis testigos, comprendan Mi voluntad y sepan que Yo soy la verdad.
de ‘La verdadera historia detrás de la obra en la Era de la Redención’ en “La Palabra manifestada en carne”
El objetivo de las tres etapas de la obra es la salvación de toda la humanidad, que significa la salvación completa del hombre del campo de acción de Satanás. Aunque cada una de las tres etapas de la obra tiene un objetivo y un sentido diferentes, son parte de la obra de salvación de la humanidad, y distintas obras de salvación llevadas a cabo de acuerdo a los requisitos de la humanidad.
de ‘Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”
Hoy, resumiremos primero los pensamientos, las ideas y cada movimiento de Dios desde que creó a los seres humanos, y echaremos un vistazo a la obra que llevó a cabo a partir de la creación del mundo y hasta el inicio oficial de la Era de la Gracia. Entonces podremos descubrir cuáles de los pensamientos y de las ideas de Dios le son desconocidos al hombre y, desde ahí, podremos aclarar el orden del plan de Dios para Su obra de gestión, entender a fondo el contexto en el que la creó, la fuente y el proceso de desarrollo de esta, y asimismo comprender por completo qué resultados quiere obtener de ella, es decir, el núcleo y el propósito de la misma. Para entender estas cosas tenemos que remontarnos a un tiempo lejano, en calma y silencioso en el que no había seres humanos…
Cuando Dios se levantó de Su lecho, Su primer pensamiento fue este: crear a una persona viva, un ser humano viviente y real, alguien con quien vivir y que fuera Su compañero constante. Esta persona podría escucharle y Dios podría confiar en ella y hablar con ella. Entonces, por primera vez, Dios agarró un puñado de tierra y la usó para crear a la primera persona viva que Él había imaginado, y le puso nombre: Adán. ¿Cómo se sintió, una vez conseguida esta persona que vivía y respiraba? Por primera vez, sintió el gozo de tener a un ser amado, un compañero; también la responsabilidad de ser padre y la preocupación que le acompaña. Esta persona viva que respiraba, le produjo a Dios felicidad y gozo; Él se sintió consolado por primera vez. Fue lo primero que Dios había hecho jamás que no se llevara a cabo con Sus pensamientos o incluso Sus palabras, sino con Sus propias dos manos. Cuando este tipo de ser —una persona viva, que respiraba— estuvo delante de Dios, en carne y hueso, con cuerpo y forma, y capaz de hablar con Él, experimentó una especie de gozo que nunca antes había sentido. Sintió en verdad Su responsabilidad y este ser viviente no sólo tiró de su corazón, sino que cada uno de sus pequeños movimientos también lo conmovieron y dieron calor a Su corazón. De modo que, cuando este ser viviente estuvo delante de Dios, fue la primera vez que Él tuvo la idea de ganar más personas como esta. Esta fue la serie de acontecimientos que se iniciaron con este primer pensamiento que Dios tuvo. Para Él, todos estos sucesos estaban ocurriendo por primera vez, pero en ellos, independientemente de lo que Él sintiera en aquel momento —gozo, responsabilidad, preocupación—, no había nadie con quien poderlo compartir. Desde ese momento, Dios sintió realmente una soledad y una tristeza como nunca antes. Percibió que los seres humanos no podían aceptar ni comprender Su amor y Su preocupación, o Sus intenciones por la humanidad, de manera que aún sintió tristeza y dolor en Su corazón. Aunque había hecho aquellas cosas para el hombre, este no era consciente de ello ni lo entendía. Al margen de la felicidad, del gozo y del consuelo que el hombre le proporcionó, esto pronto trajo consigo Sus primeros sentimientos de tristeza y soledad. Estos eran los pensamientos y los sentimientos de Dios en aquel momento. Mientras Él estaba haciendo todas estas cosas, en Su corazón pasaba del gozo a la tristeza y de la tristeza al dolor, todo ello mezclado con ansiedad. Todo lo que Él quería hacer era apresurarse para hacerle saber a esta persona, a esta raza humana, con prontitud lo que había en Su corazón y que ella entendiera cuanto antes Sus intenciones. Entonces podrían convertirse en Sus seguidores y estar en armonía con Él. Ya no escucharían hablar a Dios y se quedarían sin palabras; dejarían de ignorar cómo unirse a Él en Su obra; por encima de todo, ya no serían personas indiferentes a los requisitos divinos. Estas primeras cosas que Dios llevó a cabo están llenas de sentido y encierran gran valor para Su plan de gestión y para los seres humanos de hoy.
Después de crear todas las cosas y a los seres humanos, Dios no descansó. No podía esperar para realizar Su gestión ni para ganar de entre la humanidad a aquellas personas a las que tanto amaba.
[…]
[…] Él ve esta vez de gestión de la humanidad, de salvar a los seres humanos, como lo más importante de todo. No sólo hace estas cosas con Su mente o con Sus palabras y, sobre todo, no lo hace de manera casual; las realiza todas con un plan, una meta, principios y con Su voluntad. Es evidente que esta obra para salvar a la humanidad tiene una gran relevancia tanto para Dios como para el hombre. No importa la dificultad de la obra ni lo grandes que sean los obstáculos, ni lo débiles que sean los seres humanos, ni lo profunda que sea la rebeldía de la humanidad; nada de esto es difícil para Dios. Él se mantiene ocupado, dedicando Sus meticulosos esfuerzos y gestionando la obra que Él mismo quiere llevar a cabo. Asimismo, lo dispone todo y gobierna a todas las personas y la obra que quiere realizar; nada de esto se ha hecho antes. Es la primera vez que Dios ha usado estos métodos y pagado un gran precio por este importante proyecto de gestión y salvación de la humanidad. Aunque Dios está llevando a cabo esta obra, les está expresando a los seres humanos, poco a poco y sin reserva, Sus concienzudos esfuerzos, lo que Él tiene y es, Su sabiduría y Su omnipotencia, y cada aspecto de Su carácter. Él revela todo esto a la humanidad de manera incondicional, poco a poco, desvelando y expresando estas cosas como no lo ha hecho nunca antes. Así que, en todo el universo, aparte de las personas a las que Dios se propone dirigir y salvar, nunca ha habido criaturas tan cercanas a Dios que tengan semejante relación íntima con Él. En Su corazón, la humanidad que Él quiere dirigir y salvar es lo más importante y Él la valora por encima de todo lo demás; aunque ha pagado un gran precio por ellos, y aunque se siente continuamente herido por ellos y ve que le desobedecen, jamás abandona respecto a ellos y sigue incansablemente en Su obra, sin quejas ni pesares. Esto se debe a que Él sabe que, tarde o temprano, los seres humanos despertarán un día gracias a Su llamado y se conmoverán con Sus palabras, reconocerán que Él es el Señor de la creación y regresarán a Su lado…
de ‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III’ en “La Palabra manifestada en carne”
Independientemente de lo que Él hace o de los medios por los que lo hace, del coste o de Su objetivo, el propósito de Sus acciones no cambia. Su objetivo consiste en introducir en el hombre las palabras, los requisitos y la voluntad de Dios para él; dicho de otro modo, esto es producir en el ser humano todo lo que Él cree positivo según Sus pasos, permitiéndole comprender Su corazón y entender Su esencia, así como obedecer Su soberanía y Sus disposiciones, para que él pueda alcanzar el temor de Dios y apartarse del mal; todo esto es un aspecto del propósito de Dios en todo lo que Él hace. El otro aspecto es que, siendo Satanás el contraste y el objeto de servicio en la obra de Dios, el hombre queda a menudo en sus manos; este es el medio que Él usa para permitirles ver a las personas la maldad, la fealdad y lo despreciable de Satanás en medio de las tentaciones y los ataques, provocando así que las personas lo aborrezcan y sean capaces de conocer y reconocer aquello que es negativo. Este proceso les permite liberarse gradualmente del control de Satanás, de sus acusaciones, interferencias y ataques hasta que, gracias a las palabras de Dios, su conocimiento de Él y su obediencia a Él, así como su fe en Él y su temor de Él, triunfen sobre los ataques y las acusaciones de Satanás. Sólo entonces se habrán liberado por completo del campo de acción de Satanás. La liberación de las personas significa que ha sido derrotado, que ellas han dejado de ser comida en su boca y que, en lugar de tragárselos, Satanás ha renunciado a ellos. Esto se debe a que esas personas son rectas, tienen fe, obediencia, y le temen a Dios, y porque rompen del todo con Satanás. Acarrean vergüenza sobre este, lo convierten en un cobarde, y lo derrotan por completo. Su convicción al seguir a Dios, su obediencia a Él y su temor de Él derrotan a Satanás, y hacen que este las abandone completamente. Sólo las personas como estas han sido verdaderamente ganadas por Dios, y este es Su objetivo supremo al salvar al hombre.
de ‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II’ en “La Palabra manifestada en carne”
Así es la gestión de Dios: entregar a la humanidad a Satanás —una humanidad que no sabe qué es Dios, qué es el Creador, cómo adorar a Dios y por qué es necesario someterse a Él— y dar rienda suelta a la corrupción de Satanás. Paso a paso, Dios recupera entonces al hombre de las manos de Satanás, hasta que el hombre adora plenamente a Dios y rechaza a Satanás. Esta es la gestión de Dios. Todo esto suena a historia mítica y parece sorprendente. Las personas sienten que es como una historia mítica y eso se debe a que no tienen ni idea de cuánto le ha ocurrido al hombre a lo largo de los últimos miles de años, y, mucho menos, cuántas historias han acontecido a lo largo de este universo. Además, eso se debe a que no pueden apreciar el mundo más asombroso, que induce al miedo, que existe más allá del mundo material, pero que sus ojos mortales les impiden ver. Esto le parece incomprensible al hombre y se debe a que este no tiene un entendimiento de la importancia de la salvación de la humanidad por parte de Dios y de Su obra de gestión ni comprende cómo desea Él que sea la humanidad en última instancia. ¿Es una humanidad parecida a Adán y Eva, no corrompida por Satanás? ¡No! La gestión de Dios tiene la finalidad de ganar a un grupo de personas que adoren a Dios y se sometan a Él. Esta humanidad ha sido corrompida por Satanás, pero ya no lo ve como su padre; reconoce el feo rostro de Satanás y lo rechaza y viene delante de Dios para aceptar Su juicio y castigo. Sabe lo que es feo, y cómo contrasta con lo que es santo, y reconoce la grandeza de Dios y la maldad de Satanás. Una humanidad como esta ya no trabajará más para Satanás ni lo adorará, ni lo consagrará. Es porque se trata de un grupo de personas a las que Dios ha ganado de verdad. Esta es la importancia de la gestión de la humanidad por parte de Dios. […]
[…]
El amor y la compasión de Dios impregnan cada detalle de Su obra de gestión e independientemente de si las personas son o no capaces de entender las buenas intenciones de Dios, Él sigue llevando a cabo sin descanso la obra que pretende cumplir. Sin importar cuánto entienden las personas sobre la gestión de Dios, todos pueden apreciar los beneficios y la ayuda de la obra realizada por Él. Quizás hoy no hayas sentido nada del amor o la vida provista por Dios, pero mientras no lo abandones ni renuncies a tu determinación de buscar la verdad, siempre habrá un día en el que la sonrisa de Dios se te revelará. Porque la meta de la obra de la gestión de Dios consiste en recuperar a la humanidad que se encuentra bajo el campo de acción de Satanás, no abandonar a la humanidad corrompida por este y que se opone a Dios.
de ‘El hombre sólo puede salvarse en medio de la gestión de Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”
Dios creó a la humanidad, la colocó sobre la tierra y la guió hasta el día de hoy. Él después salvó a la humanidad y sirvió como una ofrenda por el pecado para la humanidad. Al final Él aún debe conquistar a la humanidad, salvar por completo a la humanidad y restaurarla a su semejanza original. Esta es la obra a la que Él se ha dedicado desde el principio hasta el final, restaurando al hombre a su imagen original y a su semejanza original. Él establecerá Su reino y restaurará la semejanza original del hombre, lo que significa que restaurará Su autoridad sobre la tierra y restaurará Su autoridad entre toda la creación. El hombre perdió su corazón que teme a Dios después de que Satanás lo corrompió y perdió la función que debería tener una de las criaturas de Dios, convirtiéndose en un enemigo desobediente a Dios. El hombre vivió bajo el campo de acción de Satanás y siguió las órdenes de Satanás; en consecuencia, Dios no tuvo manera de obrar entre Sus criaturas, y menos pudo ganar el temor de Sus criaturas. Dios creó al hombre y este debe adorar a Dios, pero el hombre en realidad le dio la espalda a Dios y adoró a Satanás. Satanás se convirtió en ídolo en el corazón del hombre. De esta manera Dios perdió Su posición en el corazón del hombre, lo que quiere decir que Él perdió la relevancia de Su creación del hombre, y para restaurar la relevancia de Su creación del hombre Él debe restaurar la semejanza original del hombre y desechar del hombre su carácter corrupto. Para rescatar al hombre de Satanás, debe salvar al hombre del pecado. Sólo de esta manera puede poco a poco restaurar la semejanza original del hombre y restaurar la función original del hombre y al final restaurar Su reino. La destrucción final de esos hijos de desobediencia también va a ser llevada a cabo con el fin de permitirle al hombre adorar mejor a Dios y vivir mejor sobre la tierra. Ya que Dios creó al hombre, Él hará que el hombre lo adore; ya que desea restaurar la función original del hombre, la va a restaurar por completo y sin ninguna adulteración. Restaurar Su autoridad quiere decir hacer que el hombre lo adore y hacer que el hombre lo obedezca; quiere decir que Él va a hacer que el hombre viva por Él y que perezcan Sus enemigos debido a Su autoridad; quiere decir que hará que hasta la última parte de Él continúe entre la humanidad sin ninguna resistencia por parte del hombre. El reino que anhela establecer es Su propio reino. La humanidad que espera es una que lo adore y lo obedezca por completo y tenga Su gloria. Si no salva a la humanidad corrupta, la relevancia de Su creación del hombre quedará en nada; no tendrá más autoridad entre los hombres y Su reino ya no será capaz de existir en la tierra. Si no destruye a esos enemigos que le son desobedientes, no podrá obtener toda Su gloria ni tampoco podrá establecer Su reino sobre la tierra. Estos son los símbolos de la terminación de Su obra y los símbolos de la terminación de Su gran logro: destruir completamente a aquellos entre la humanidad que lo desobedecen y llevar al reposo a los que han sido perfeccionados. Cuando la humanidad haya sido restaurada a su semejanza original, cuando la humanidad pueda cumplir sus deberes respectivos, guardar su propio sitio y obedecer todos los planes de Dios, Dios habrá ganado un grupo de personas sobre la tierra que lo adoran y también habrá establecido un reino sobre la tierra que lo adora. Tendrá una victoria eterna sobre la tierra y aquellos quienes se le oponen perecerán por toda la eternidad. Esto restaurará Su intención original al crear al hombre; restaurará Su intención en crear todas las cosas y también restaurará Su autoridad sobre la tierra, Su autoridad entre todas las cosas y Su autoridad entre Sus enemigos. Estos son los símbolos de Su victoria total. En adelante, la humanidad entrará en el reposo y entrará en una vida que sigue el camino correcto. Dios también entrará en el reposo eterno con el hombre y entrará en una vida eterna que compartirán Dios y el hombre. La inmundicia y la desobediencia sobre la tierra desaparecerán como lo harán los lamentos sobre la tierra. Todo lo que sobre la tierra se opone a Dios no existirá. Sólo Dios y esas personas que Él ha salvado permanecerán; sólo Su creación permanecerá.
de ‘Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo’ en “La Palabra manifestada en carne”
Cuando las tres etapas de la obra lleguen a su fin, se formará un grupo de personas que dará testimonio de Dios, que lo conocerá. Todas estas personas conocerán a Dios y serán capaces de poner en práctica la verdad. Poseerán humanidad y sentido, y todas conocerán las tres etapas de la obra de salvación de Dios. Esta es la obra que se cumplirá al final, y estas personas son la cristalización de la obra de 6.000 años de gestión, y son el testimonio más poderoso de la derrota definitiva de Satanás.
de ‘Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”
Después de llevar a cabo Sus 6.000 años de obra hasta el día de hoy, Dios ya ha revelado muchos de Sus actos, primordialmente para derrotar a Satanás y salvar a toda la humanidad. Él aprovecha esta oportunidad para permitir que todo en el cielo, todo sobre la tierra, todo dentro de los mares, así como hasta la última criatura de la creación de Dios en la tierra, vea la omnipotencia de Dios y vea todos los actos de Dios. Él aprovecha la oportunidad de derrotar a Satanás para revelar todos Sus actos a la humanidad y permitir que la gente sea capaz de alabarlo y exaltar Su sabiduría al derrotar a Satanás. Todo en la tierra, en el cielo y en los mares lo glorifica, alaba Su omnipotencia, elogia todos Sus actos y grita Su santo nombre. Esta es una prueba de Su derrota de Satanás; es prueba de Su conquista de Satanás; y lo más importante, es la prueba de Su salvación de la humanidad. Toda la creación de Dios lo glorifica, lo alaba por derrotar a Su enemigo y regresar victorioso, y lo alaba como el gran Rey victorioso. Su propósito no es simplemente derrotar a Satanás, y por ello Su obra ha continuado durante 6.000 años. Él usa la derrota de Satanás para salvar a la humanidad; Él usa la derrota de Satanás para revelar todos Sus actos y revelar toda Su gloria. Él obtendrá la gloria y toda la multitud de ángeles verá toda Su gloria. Los mensajeros en el cielo, los humanos sobre la tierra, y toda la creación sobre la tierra, verán la gloria del Creador. Esta es la obra que Él está realizando. Toda Su creación en el cielo y en la tierra verá Su gloria, y Él regresará triunfante después de derrotar a Satanás por completo y dejará que la humanidad lo alabe. De esta manera, Él conseguirá con éxito estos dos aspectos. Al final, toda la humanidad será conquistada por Él, y Él acabará con cualquier persona que se resista o se rebele, es decir, Él eliminará a todos los que pertenecen a Satanás.
de ‘Deberías saber cómo la humanidad completa se ha desarrollado hasta el día de hoy’ en “La Palabra manifestada en carne”
He estado obrando en la tierra durante miles de años y hasta la fecha sigo realizando Mi obra de este modo. Aunque Mi obra incluya excepcionalmente muchos elementos, su propósito permanece inmutable; como por ejemplo, aunque Yo esté lleno de juicio y castigo hacia el hombre, lo que hago es todavía en aras de salvarlo, de difundir mejor Mi evangelio y de expandir más Mi obra entre todas las naciones gentiles, una vez que el hombre haya sido hecho completo. […] Esto es así para que en esta era final Mi nombre se engrandezca entre las naciones gentiles, para que Mis acciones sean vistas por los gentiles y que me llamen el Todopoderoso a causa de ellas, y para que Mis palabras puedan cumplirse pronto. Haré que todos sepan que no sólo soy el Dios de los israelitas, sino también de todas las naciones de los gentiles, incluso de aquellas que he maldecido. Haré que todos vean que Yo soy el Dios de toda la creación. Esta es Mi mayor obra, el propósito del plan de Mi obra para los últimos días y la única obra que se ha de llevar a cabo en los últimos días.
de ‘La obra de difundir el evangelio es también la obra de salvar al hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”
1. Los objetivos de las tres etapas de la obra de Dios relacionada con Su gestión de la humanidad
Las palabras relevantes de Dios:
La totalidad de Mi plan de gestión, un plan que abarca seis mil años, consta de tres etapas o tres eras: la Era de la Ley en el principio, la Era de la Gracia (que también es la Era de la Redención) y la Era del Reino en los últimos días. Mi obra en estas tres eras difiere en contenido según la naturaleza de cada era, pero en cada etapa concuerda con las necesidades del hombre o, para ser más preciso, se hace de acuerdo con las artimañas que Satanás emplea en la guerra que libro contra él. El propósito de Mi obra consiste en derrotar a Satanás, hacer manifiesta Mi sabiduría y omnipotencia, exponer todos los engaños de Satanás y, así, salvar a toda la raza humana, que vive bajo su campo de acción. Consiste en mostrar Mi sabiduría y omnipotencia al tiempo que revelo la insoportable monstruosidad de Satanás. Aún más, consiste en enseñar a Mis criaturas a discernir entre el bien y el mal, a saber que Yo soy el Gobernante de todas las cosas, a ver claramente que Satanás es el enemigo de la humanidad, lo más bajo de lo bajo, el maligno, y a distinguir, con absoluta certeza, la diferencia entre el bien y el mal, entre la verdad y la falsedad, entre la santidad y la inmundicia, y entre lo magnífico y lo innoble. De esta forma, la humanidad ignorante podrá dar testimonio de Mí de que no soy Yo quien corrompe a la humanidad, y que sólo Yo —el Señor de la creación—, puedo salvar a la humanidad, sólo Yo puedo conceder al hombre cosas para su disfrute, y llegará a saber que Yo soy el Gobernante de todas las cosas y que Satanás es, simplemente, uno de los seres a los que creé y que, posteriormente, se volvió en Mi contra. Mi plan de gestión de seis mil años se divide en tres etapas para lograr el siguiente efecto: permitir que Mis criaturas se conviertan en Mis testigos, comprendan Mi voluntad y sepan que Yo soy la verdad.
de ‘La verdadera historia detrás de la obra en la Era de la Redención’ en “La Palabra manifestada en carne”
El objetivo de las tres etapas de la obra es la salvación de toda la humanidad, que significa la salvación completa del hombre del campo de acción de Satanás. Aunque cada una de las tres etapas de la obra tiene un objetivo y un sentido diferentes, son parte de la obra de salvación de la humanidad, y distintas obras de salvación llevadas a cabo de acuerdo a los requisitos de la humanidad.
de ‘Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”
Hoy, resumiremos primero los pensamientos, las ideas y cada movimiento de Dios desde que creó a los seres humanos, y echaremos un vistazo a la obra que llevó a cabo a partir de la creación del mundo y hasta el inicio oficial de la Era de la Gracia. Entonces podremos descubrir cuáles de los pensamientos y de las ideas de Dios le son desconocidos al hombre y, desde ahí, podremos aclarar el orden del plan de Dios para Su obra de gestión, entender a fondo el contexto en el que la creó, la fuente y el proceso de desarrollo de esta, y asimismo comprender por completo qué resultados quiere obtener de ella, es decir, el núcleo y el propósito de la misma. Para entender estas cosas tenemos que remontarnos a un tiempo lejano, en calma y silencioso en el que no había seres humanos…
Cuando Dios se levantó de Su lecho, Su primer pensamiento fue este: crear a una persona viva, un ser humano viviente y real, alguien con quien vivir y que fuera Su compañero constante. Esta persona podría escucharle y Dios podría confiar en ella y hablar con ella. Entonces, por primera vez, Dios agarró un puñado de tierra y la usó para crear a la primera persona viva que Él había imaginado, y le puso nombre: Adán. ¿Cómo se sintió, una vez conseguida esta persona que vivía y respiraba? Por primera vez, sintió el gozo de tener a un ser amado, un compañero; también la responsabilidad de ser padre y la preocupación que le acompaña. Esta persona viva que respiraba, le produjo a Dios felicidad y gozo; Él se sintió consolado por primera vez. Fue lo primero que Dios había hecho jamás que no se llevara a cabo con Sus pensamientos o incluso Sus palabras, sino con Sus propias dos manos. Cuando este tipo de ser —una persona viva, que respiraba— estuvo delante de Dios, en carne y hueso, con cuerpo y forma, y capaz de hablar con Él, experimentó una especie de gozo que nunca antes había sentido. Sintió en verdad Su responsabilidad y este ser viviente no sólo tiró de su corazón, sino que cada uno de sus pequeños movimientos también lo conmovieron y dieron calor a Su corazón. De modo que, cuando este ser viviente estuvo delante de Dios, fue la primera vez que Él tuvo la idea de ganar más personas como esta. Esta fue la serie de acontecimientos que se iniciaron con este primer pensamiento que Dios tuvo. Para Él, todos estos sucesos estaban ocurriendo por primera vez, pero en ellos, independientemente de lo que Él sintiera en aquel momento —gozo, responsabilidad, preocupación—, no había nadie con quien poderlo compartir. Desde ese momento, Dios sintió realmente una soledad y una tristeza como nunca antes. Percibió que los seres humanos no podían aceptar ni comprender Su amor y Su preocupación, o Sus intenciones por la humanidad, de manera que aún sintió tristeza y dolor en Su corazón. Aunque había hecho aquellas cosas para el hombre, este no era consciente de ello ni lo entendía. Al margen de la felicidad, del gozo y del consuelo que el hombre le proporcionó, esto pronto trajo consigo Sus primeros sentimientos de tristeza y soledad. Estos eran los pensamientos y los sentimientos de Dios en aquel momento. Mientras Él estaba haciendo todas estas cosas, en Su corazón pasaba del gozo a la tristeza y de la tristeza al dolor, todo ello mezclado con ansiedad. Todo lo que Él quería hacer era apresurarse para hacerle saber a esta persona, a esta raza humana, con prontitud lo que había en Su corazón y que ella entendiera cuanto antes Sus intenciones. Entonces podrían convertirse en Sus seguidores y estar en armonía con Él. Ya no escucharían hablar a Dios y se quedarían sin palabras; dejarían de ignorar cómo unirse a Él en Su obra; por encima de todo, ya no serían personas indiferentes a los requisitos divinos. Estas primeras cosas que Dios llevó a cabo están llenas de sentido y encierran gran valor para Su plan de gestión y para los seres humanos de hoy.
Después de crear todas las cosas y a los seres humanos, Dios no descansó. No podía esperar para realizar Su gestión ni para ganar de entre la humanidad a aquellas personas a las que tanto amaba.
[…]
[…] Él ve esta vez de gestión de la humanidad, de salvar a los seres humanos, como lo más importante de todo. No sólo hace estas cosas con Su mente o con Sus palabras y, sobre todo, no lo hace de manera casual; las realiza todas con un plan, una meta, principios y con Su voluntad. Es evidente que esta obra para salvar a la humanidad tiene una gran relevancia tanto para Dios como para el hombre. No importa la dificultad de la obra ni lo grandes que sean los obstáculos, ni lo débiles que sean los seres humanos, ni lo profunda que sea la rebeldía de la humanidad; nada de esto es difícil para Dios. Él se mantiene ocupado, dedicando Sus meticulosos esfuerzos y gestionando la obra que Él mismo quiere llevar a cabo. Asimismo, lo dispone todo y gobierna a todas las personas y la obra que quiere realizar; nada de esto se ha hecho antes. Es la primera vez que Dios ha usado estos métodos y pagado un gran precio por este importante proyecto de gestión y salvación de la humanidad. Aunque Dios está llevando a cabo esta obra, les está expresando a los seres humanos, poco a poco y sin reserva, Sus concienzudos esfuerzos, lo que Él tiene y es, Su sabiduría y Su omnipotencia, y cada aspecto de Su carácter. Él revela todo esto a la humanidad de manera incondicional, poco a poco, desvelando y expresando estas cosas como no lo ha hecho nunca antes. Así que, en todo el universo, aparte de las personas a las que Dios se propone dirigir y salvar, nunca ha habido criaturas tan cercanas a Dios que tengan semejante relación íntima con Él. En Su corazón, la humanidad que Él quiere dirigir y salvar es lo más importante y Él la valora por encima de todo lo demás; aunque ha pagado un gran precio por ellos, y aunque se siente continuamente herido por ellos y ve que le desobedecen, jamás abandona respecto a ellos y sigue incansablemente en Su obra, sin quejas ni pesares. Esto se debe a que Él sabe que, tarde o temprano, los seres humanos despertarán un día gracias a Su llamado y se conmoverán con Sus palabras, reconocerán que Él es el Señor de la creación y regresarán a Su lado…
de ‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III’ en “La Palabra manifestada en carne”
Independientemente de lo que Él hace o de los medios por los que lo hace, del coste o de Su objetivo, el propósito de Sus acciones no cambia. Su objetivo consiste en introducir en el hombre las palabras, los requisitos y la voluntad de Dios para él; dicho de otro modo, esto es producir en el ser humano todo lo que Él cree positivo según Sus pasos, permitiéndole comprender Su corazón y entender Su esencia, así como obedecer Su soberanía y Sus disposiciones, para que él pueda alcanzar el temor de Dios y apartarse del mal; todo esto es un aspecto del propósito de Dios en todo lo que Él hace. El otro aspecto es que, siendo Satanás el contraste y el objeto de servicio en la obra de Dios, el hombre queda a menudo en sus manos; este es el medio que Él usa para permitirles ver a las personas la maldad, la fealdad y lo despreciable de Satanás en medio de las tentaciones y los ataques, provocando así que las personas lo aborrezcan y sean capaces de conocer y reconocer aquello que es negativo. Este proceso les permite liberarse gradualmente del control de Satanás, de sus acusaciones, interferencias y ataques hasta que, gracias a las palabras de Dios, su conocimiento de Él y su obediencia a Él, así como su fe en Él y su temor de Él, triunfen sobre los ataques y las acusaciones de Satanás. Sólo entonces se habrán liberado por completo del campo de acción de Satanás. La liberación de las personas significa que ha sido derrotado, que ellas han dejado de ser comida en su boca y que, en lugar de tragárselos, Satanás ha renunciado a ellos. Esto se debe a que esas personas son rectas, tienen fe, obediencia, y le temen a Dios, y porque rompen del todo con Satanás. Acarrean vergüenza sobre este, lo convierten en un cobarde, y lo derrotan por completo. Su convicción al seguir a Dios, su obediencia a Él y su temor de Él derrotan a Satanás, y hacen que este las abandone completamente. Sólo las personas como estas han sido verdaderamente ganadas por Dios, y este es Su objetivo supremo al salvar al hombre.
de ‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II’ en “La Palabra manifestada en carne”
Así es la gestión de Dios: entregar a la humanidad a Satanás —una humanidad que no sabe qué es Dios, qué es el Creador, cómo adorar a Dios y por qué es necesario someterse a Él— y dar rienda suelta a la corrupción de Satanás. Paso a paso, Dios recupera entonces al hombre de las manos de Satanás, hasta que el hombre adora plenamente a Dios y rechaza a Satanás. Esta es la gestión de Dios. Todo esto suena a historia mítica y parece sorprendente. Las personas sienten que es como una historia mítica y eso se debe a que no tienen ni idea de cuánto le ha ocurrido al hombre a lo largo de los últimos miles de años, y, mucho menos, cuántas historias han acontecido a lo largo de este universo. Además, eso se debe a que no pueden apreciar el mundo más asombroso, que induce al miedo, que existe más allá del mundo material, pero que sus ojos mortales les impiden ver. Esto le parece incomprensible al hombre y se debe a que este no tiene un entendimiento de la importancia de la salvación de la humanidad por parte de Dios y de Su obra de gestión ni comprende cómo desea Él que sea la humanidad en última instancia. ¿Es una humanidad parecida a Adán y Eva, no corrompida por Satanás? ¡No! La gestión de Dios tiene la finalidad de ganar a un grupo de personas que adoren a Dios y se sometan a Él. Esta humanidad ha sido corrompida por Satanás, pero ya no lo ve como su padre; reconoce el feo rostro de Satanás y lo rechaza y viene delante de Dios para aceptar Su juicio y castigo. Sabe lo que es feo, y cómo contrasta con lo que es santo, y reconoce la grandeza de Dios y la maldad de Satanás. Una humanidad como esta ya no trabajará más para Satanás ni lo adorará, ni lo consagrará. Es porque se trata de un grupo de personas a las que Dios ha ganado de verdad. Esta es la importancia de la gestión de la humanidad por parte de Dios. […]
[…]
El amor y la compasión de Dios impregnan cada detalle de Su obra de gestión e independientemente de si las personas son o no capaces de entender las buenas intenciones de Dios, Él sigue llevando a cabo sin descanso la obra que pretende cumplir. Sin importar cuánto entienden las personas sobre la gestión de Dios, todos pueden apreciar los beneficios y la ayuda de la obra realizada por Él. Quizás hoy no hayas sentido nada del amor o la vida provista por Dios, pero mientras no lo abandones ni renuncies a tu determinación de buscar la verdad, siempre habrá un día en el que la sonrisa de Dios se te revelará. Porque la meta de la obra de la gestión de Dios consiste en recuperar a la humanidad que se encuentra bajo el campo de acción de Satanás, no abandonar a la humanidad corrompida por este y que se opone a Dios.
de ‘El hombre sólo puede salvarse en medio de la gestión de Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”
Dios creó a la humanidad, la colocó sobre la tierra y la guió hasta el día de hoy. Él después salvó a la humanidad y sirvió como una ofrenda por el pecado para la humanidad. Al final Él aún debe conquistar a la humanidad, salvar por completo a la humanidad y restaurarla a su semejanza original. Esta es la obra a la que Él se ha dedicado desde el principio hasta el final, restaurando al hombre a su imagen original y a su semejanza original. Él establecerá Su reino y restaurará la semejanza original del hombre, lo que significa que restaurará Su autoridad sobre la tierra y restaurará Su autoridad entre toda la creación. El hombre perdió su corazón que teme a Dios después de que Satanás lo corrompió y perdió la función que debería tener una de las criaturas de Dios, convirtiéndose en un enemigo desobediente a Dios. El hombre vivió bajo el campo de acción de Satanás y siguió las órdenes de Satanás; en consecuencia, Dios no tuvo manera de obrar entre Sus criaturas, y menos pudo ganar el temor de Sus criaturas. Dios creó al hombre y este debe adorar a Dios, pero el hombre en realidad le dio la espalda a Dios y adoró a Satanás. Satanás se convirtió en ídolo en el corazón del hombre. De esta manera Dios perdió Su posición en el corazón del hombre, lo que quiere decir que Él perdió la relevancia de Su creación del hombre, y para restaurar la relevancia de Su creación del hombre Él debe restaurar la semejanza original del hombre y desechar del hombre su carácter corrupto. Para rescatar al hombre de Satanás, debe salvar al hombre del pecado. Sólo de esta manera puede poco a poco restaurar la semejanza original del hombre y restaurar la función original del hombre y al final restaurar Su reino. La destrucción final de esos hijos de desobediencia también va a ser llevada a cabo con el fin de permitirle al hombre adorar mejor a Dios y vivir mejor sobre la tierra. Ya que Dios creó al hombre, Él hará que el hombre lo adore; ya que desea restaurar la función original del hombre, la va a restaurar por completo y sin ninguna adulteración. Restaurar Su autoridad quiere decir hacer que el hombre lo adore y hacer que el hombre lo obedezca; quiere decir que Él va a hacer que el hombre viva por Él y que perezcan Sus enemigos debido a Su autoridad; quiere decir que hará que hasta la última parte de Él continúe entre la humanidad sin ninguna resistencia por parte del hombre. El reino que anhela establecer es Su propio reino. La humanidad que espera es una que lo adore y lo obedezca por completo y tenga Su gloria. Si no salva a la humanidad corrupta, la relevancia de Su creación del hombre quedará en nada; no tendrá más autoridad entre los hombres y Su reino ya no será capaz de existir en la tierra. Si no destruye a esos enemigos que le son desobedientes, no podrá obtener toda Su gloria ni tampoco podrá establecer Su reino sobre la tierra. Estos son los símbolos de la terminación de Su obra y los símbolos de la terminación de Su gran logro: destruir completamente a aquellos entre la humanidad que lo desobedecen y llevar al reposo a los que han sido perfeccionados. Cuando la humanidad haya sido restaurada a su semejanza original, cuando la humanidad pueda cumplir sus deberes respectivos, guardar su propio sitio y obedecer todos los planes de Dios, Dios habrá ganado un grupo de personas sobre la tierra que lo adoran y también habrá establecido un reino sobre la tierra que lo adora. Tendrá una victoria eterna sobre la tierra y aquellos quienes se le oponen perecerán por toda la eternidad. Esto restaurará Su intención original al crear al hombre; restaurará Su intención en crear todas las cosas y también restaurará Su autoridad sobre la tierra, Su autoridad entre todas las cosas y Su autoridad entre Sus enemigos. Estos son los símbolos de Su victoria total. En adelante, la humanidad entrará en el reposo y entrará en una vida que sigue el camino correcto. Dios también entrará en el reposo eterno con el hombre y entrará en una vida eterna que compartirán Dios y el hombre. La inmundicia y la desobediencia sobre la tierra desaparecerán como lo harán los lamentos sobre la tierra. Todo lo que sobre la tierra se opone a Dios no existirá. Sólo Dios y esas personas que Él ha salvado permanecerán; sólo Su creación permanecerá.
de ‘Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo’ en “La Palabra manifestada en carne”
Cuando las tres etapas de la obra lleguen a su fin, se formará un grupo de personas que dará testimonio de Dios, que lo conocerá. Todas estas personas conocerán a Dios y serán capaces de poner en práctica la verdad. Poseerán humanidad y sentido, y todas conocerán las tres etapas de la obra de salvación de Dios. Esta es la obra que se cumplirá al final, y estas personas son la cristalización de la obra de 6.000 años de gestión, y son el testimonio más poderoso de la derrota definitiva de Satanás.
de ‘Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”
Después de llevar a cabo Sus 6.000 años de obra hasta el día de hoy, Dios ya ha revelado muchos de Sus actos, primordialmente para derrotar a Satanás y salvar a toda la humanidad. Él aprovecha esta oportunidad para permitir que todo en el cielo, todo sobre la tierra, todo dentro de los mares, así como hasta la última criatura de la creación de Dios en la tierra, vea la omnipotencia de Dios y vea todos los actos de Dios. Él aprovecha la oportunidad de derrotar a Satanás para revelar todos Sus actos a la humanidad y permitir que la gente sea capaz de alabarlo y exaltar Su sabiduría al derrotar a Satanás. Todo en la tierra, en el cielo y en los mares lo glorifica, alaba Su omnipotencia, elogia todos Sus actos y grita Su santo nombre. Esta es una prueba de Su derrota de Satanás; es prueba de Su conquista de Satanás; y lo más importante, es la prueba de Su salvación de la humanidad. Toda la creación de Dios lo glorifica, lo alaba por derrotar a Su enemigo y regresar victorioso, y lo alaba como el gran Rey victorioso. Su propósito no es simplemente derrotar a Satanás, y por ello Su obra ha continuado durante 6.000 años. Él usa la derrota de Satanás para salvar a la humanidad; Él usa la derrota de Satanás para revelar todos Sus actos y revelar toda Su gloria. Él obtendrá la gloria y toda la multitud de ángeles verá toda Su gloria. Los mensajeros en el cielo, los humanos sobre la tierra, y toda la creación sobre la tierra, verán la gloria del Creador. Esta es la obra que Él está realizando. Toda Su creación en el cielo y en la tierra verá Su gloria, y Él regresará triunfante después de derrotar a Satanás por completo y dejará que la humanidad lo alabe. De esta manera, Él conseguirá con éxito estos dos aspectos. Al final, toda la humanidad será conquistada por Él, y Él acabará con cualquier persona que se resista o se rebele, es decir, Él eliminará a todos los que pertenecen a Satanás.
de ‘Deberías saber cómo la humanidad completa se ha desarrollado hasta el día de hoy’ en “La Palabra manifestada en carne”
He estado obrando en la tierra durante miles de años y hasta la fecha sigo realizando Mi obra de este modo. Aunque Mi obra incluya excepcionalmente muchos elementos, su propósito permanece inmutable; como por ejemplo, aunque Yo esté lleno de juicio y castigo hacia el hombre, lo que hago es todavía en aras de salvarlo, de difundir mejor Mi evangelio y de expandir más Mi obra entre todas las naciones gentiles, una vez que el hombre haya sido hecho completo. […] Esto es así para que en esta era final Mi nombre se engrandezca entre las naciones gentiles, para que Mis acciones sean vistas por los gentiles y que me llamen el Todopoderoso a causa de ellas, y para que Mis palabras puedan cumplirse pronto. Haré que todos sepan que no sólo soy el Dios de los israelitas, sino también de todas las naciones de los gentiles, incluso de aquellas que he maldecido. Haré que todos vean que Yo soy el Dios de toda la creación. Esta es Mi mayor obra, el propósito del plan de Mi obra para los últimos días y la única obra que se ha de llevar a cabo en los últimos días.
de ‘La obra de difundir el evangelio es también la obra de salvar al hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”