Palabras relevantes de Dios:
La humanidad no sabe quién es el Soberano de todas las cosas en el universo, y mucho menos el principio y el futuro de sí misma. Simplemente vive, forzosamente, en medio de esta ley. Nadie puede escapar de ello y nadie puede cambiarlo, porque entre todas las cosas y en los cielos sólo hay uno desde la eternidad hasta la eternidad que tiene la soberanía sobre todas las cosas.
Él es aquel que el hombre nunca ha visto, que la humanidad nunca ha conocido, en cuya existencia nunca ha creído, pero que sopló aliento en sus ancestros y dio vida a la humanidad. Él es aquel que provee y alimenta a la humanidad para su existencia, y la guía hasta el día presente. Además, Él y sólo Él es de quien depende la humanidad para su supervivencia. Tiene la soberanía sobre todas las cosas y domina a todos los seres vivos debajo del universo. Domina las cuatro estaciones, y es quien convoca al viento, la escarcha, la nieve y la lluvia. Él da el sol a la humanidad y trae la venida de la noche. Él fue quien estableció los cielos y la tierra, proveyendo al hombre montañas, lagos y ríos, así como todas las cosas vivientes en ellos. Sus hechos están en todas partes, Su poder está en todas partes, Su sabiduría está en todas partes y Su autoridad está en todas partes. Cada una de estas leyes y normas son la representación de Sus hechos, y cada uno de ellos revela Su sabiduría y autoridad. ¿Quién puede eximirse de Su soberanía? ¿Y quién puede liberarse de Sus designios? Todas las cosas existen bajo Su mirada, y además todas viven bajo Su soberanía. Sus hechos y Su poder dejan a la humanidad con la única elección de reconocer el hecho de que Él existe realmente y tiene soberanía sobre todas las cosas. Ninguna otra cosa aparte de Él puede dominar el universo, y menos aún proveer incesantemente para esta humanidad. Al margen de que seas capaz de reconocer los hechos de Dios, y creer en Su existencia, no hay duda de que tu destino se encuentra en la ordenación de Dios, y de que Él siempre tendrá soberanía sobre todas las cosas. Su existencia y autoridad no se predican en función de que el hombre pueda o no reconocerlas y comprenderlas. Sólo Él conoce el pasado, el presente y el futuro del hombre, y sólo Él puede determinar el destino de la humanidad. Independientemente de que seas capaz de aceptar este hecho, no pasará mucho tiempo antes de que esta presencie todo esto con sus propios ojos, y esta es la realidad que Dios pronto sacará a la luz.
de ‘El hombre sólo puede salvarse en medio de la gestión de Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”
El camino de la vida no es algo que cualquiera pueda tener ni tampoco todos lo pueden conseguir con facilidad. Esto se debe a que la vida sólo puede proceder de Dios, es decir, sólo Dios mismo posee la esencia de la vida; no hay camino de vida sin Dios mismo y por eso sólo Dios es la fuente de la vida y el manantial del agua viva de la vida que siempre fluye. Desde que Él creó el mundo, Dios ha hecho mucha obra que implica la vitalidad de la vida, ha hecho mucha obra que le da vida al hombre y ha pagado un gran precio para que el hombre pueda alcanzar la vida, porque Dios mismo es la vida eterna y Dios mismo es el camino por el cual el hombre resucita. Dios nunca está ausente del corazón del hombre y vive entre los hombres todo el tiempo. Ha sido la fuerza que impulsa la vida del hombre, el fundamento de la existencia del hombre, y un rico depósito para la existencia del hombre después del nacimiento. Él hace que el hombre vuelva a nacer y le permite vivir con constancia en cada función de su vida. Gracias a Su poder y Su fuerza de vida inextinguible, el hombre ha vivido generación tras generación, a través de las cuales el poder de la vida de Dios ha sido el pilar de la existencia del hombre, y por el cual Dios ha pagado un precio que ningún hombre ordinario ha pagado alguna vez. La fuerza de vida de Dios puede prevalecer sobre cualquier poder; además, excede cualquier poder. Su vida es eterna, Su poder extraordinario, y Su fuerza de vida ningún ser creado o fuerza enemiga la puede aplastar fácilmente. La fuerza de vida de Dios existe e irradia Su reluciente resplandor, independientemente del tiempo o el lugar. La vida de Dios permanece inmutable para siempre a través de la agitación del cielo y la tierra. Todas las cosas pasan, pero la vida de Dios todavía permanece porque Dios es la fuente de la existencia de todas las cosas y la raíz de su existencia. La vida del hombre proviene de Dios, la existencia del cielo se debe a Dios, y la existencia de la tierra procede del poder de la vida de Dios. Ningún objeto que tenga vitalidad puede trascender la soberanía de Dios, y ninguna cosa que tenga vigor puede librarse del ámbito de la autoridad de Dios. De esta manera, independientemente de quiénes sean, todos se deben someter bajo el dominio de Dios, todos deben vivir bajo el mandato de Dios y nadie puede escapar de Su control.
de ‘Sólo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna’ en “La Palabra manifestada en carne”
Dios creó este mundo y trajo a él al hombre, un ser vivo al que le otorgó la vida. A su vez, el hombre vino para tener padres y parientes y ya no estuvo solo. Desde que el hombre puso los ojos por primera vez en este mundo material, fue destinado a existir dentro de la ordenación de Dios. Es el aliento de vida de Dios lo que sostiene a cada ser vivo a lo largo de su crecimiento hacia la adultez. Durante este proceso, nadie cree que el hombre vive y crece bajo el cuidado de Dios. Más bien, ellos mantienen que el hombre crece bajo el amor y cuidado de sus padres y que su crecimiento es gobernado por el instinto de la vida. Esto se debe a que el hombre no sabe quién le otorgó la vida o de dónde viene, mucho menos cómo el instinto de la vida crea milagros. El hombre sólo sabe que el alimento es la base de continuidad de la vida, que la perseverancia es la fuente de la existencia de la vida y que la creencia en su mente es la riqueza de su sobrevivencia. El hombre no siente la gracia y la provisión de Dios. Entonces el hombre malgasta la vida otorgada a él por Dios…
de ‘Dios es la fuente de la vida del hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”
La suerte del hombre está controlada por las manos de Dios. Tú eres incapaz de controlarte a ti mismo: a pesar de que siempre anda con prisas y ocupándose para sí mismo, el hombre permanece incapaz de controlarse. Si pudieras conocer tu propia perspectiva, si pudieras controlar tu propio sino, ¿seguirías siendo una criatura? En resumen, independientemente de cómo obre Dios, toda Su obra es por el bien del hombre. Toma, por ejemplo, los cielos y la tierra, y todas las cosas que Dios creó para que sirvieran al hombre: la luna, el sol y las estrellas que Él hizo para el ser humano; los animales y las plantas, la primavera, el verano, el otoño y el invierno, etc., todo ello es para beneficio de la existencia del hombre.
de ‘Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso’ en “La Palabra manifestada en carne”
Desde el momento en que llegas llorando a este mundo, comienzas a cumplir tu deber. Asumes tu papel en el plan de Dios y en la ordenación de Dios. Comienzas el viaje de la vida. Cualquiera que sea tu trasfondo y el viaje que tienes por delante, ninguno puede escapar la orquestación y la disposición que el cielo tiene guardadas y ninguno tiene el control de su destino, porque sólo Él, quien gobierna sobre todas las cosas, es capaz de hacer tal obra. Desde el día en que el hombre vino a existir, Dios ha sido firme en Su obra, gestionando este universo y dirigiendo el cambio y movimiento de todas las cosas. Como todas las cosas, el hombre, silenciosamente y sin saberlo, recibe el alimento de la dulzura y la lluvia y el rocío de Dios. Como todas las cosas, sin saberlo, el hombre vive bajo la orquestación de la mano de Dios. El corazón y el espíritu del hombre están en la mano de Dios y toda la vida del hombre es contemplada a los ojos de Dios. Independientemente de si crees esto o no, cualquiera de todas las cosas, vivas o muertas, cambiarán, se moverán, se renovarán y desaparecerán de acuerdo con los pensamientos de Dios. Así es como Dios gobierna sobre todas las cosas.
A medida que la noche entra furtivamente, el hombre se mantiene inconsciente porque el corazón del hombre no puede percibir cómo la oscuridad se acerca o de dónde viene. A medida que la noche se escapa silenciosamente, el hombre le da la bienvenida a la luz del día, pero el corazón del hombre tiene aún menos claro y es menos consciente de dónde ha llegado la luz y cómo ha ahuyentado las tinieblas de la noche. Tales alternaciones recurrentes del día y la noche llevan al hombre de un periodo a otro, moviéndose a través del tiempo, a la vez que asegura que la obra de Dios y Su plan se llevan a cabo durante cada periodo y en todos los tiempos. El hombre caminó con Dios durante las épocas, sin embargo, el hombre no sabe que Dios gobierna el destino de todas las cosas y de los seres vivos ni sabe cómo Dios orquesta y dirige todas las cosas. Esto es algo que el hombre ha eludido desde los tiempos inmemoriales hasta el día presente.
de ‘Dios es la fuente de la vida del hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”
Desde el tiempo de la creación, Yo comencé la predestinación y la selección de este grupo de personas, de vosotros, este grupo el día de hoy. Tu carácter, nivel, apariencia, estatura, la familia en la que naciste, tu trabajo, matrimonio, tu todo, hasta el color de tu pelo, tu piel y tu fecha de nacimiento, todo esto lo arregló Mi mano. Lo que sea que hagas y a quienquiera que te encuentres cada día también están sujetos a Mi arreglo por no decir nada de traerte ante Mí hoy, que es aún más el objeto de Mi arreglo. No te alteres sino que procede con calma.
de “Declaraciones y testimonios de Cristo en el principio”
Desde que comenzó la creación de todas las cosas, el poder de Dios empezó a expresarse y a revelarse, porque Él usó las palabras para crearlas. Independientemente de cómo y por qué las creó, todas las cosas nacieron, permanecieron y existieron gracias a Sus palabras, y esta es la autoridad única del Creador. En el tiempo anterior a la aparición de la humanidad en el mundo, Él utilizó Su poder y autoridad para crear todas las cosas para ella, y empleó Sus métodos únicos para prepararle un entorno de vida adecuado. Todo lo que hizo fue en preparación para la humanidad, que pronto recibiría Su aliento. Es decir, en el tiempo anterior a la creación del hombre, la autoridad de Dios se mostró en todas las criaturas diferentes de la humanidad, en cosas tan grandes como los cielos, las luminarias, los mares y la tierra, y en aquellas tan pequeñas como los animales y las aves, todas las clases de insectos y microorganismos, incluidas diversas bacterias invisibles a simple vista. Cada uno recibió vida, proliferó, y vivió por las palabras del Creador y bajo Su soberanía. Aunque no recibieron Su aliento, seguían mostrando la vida y la vitalidad que Él les concedió a través de sus diferentes formas y estructuras; aunque Él no les otorgó la capacidad de hablar que le dio a la humanidad, cada uno recibió de Él una forma de expresar su vida que difería del lenguaje del hombre. La autoridad del Creador no sólo proporciona la vitalidad de la vida a objetos materiales aparentemente estáticos, para que nunca desaparezcan, sino que, además, le da a todo ser viviente el instinto de reproducirse y multiplicarse para que nunca se extinga y que, generación tras generación, transmita las leyes y los principios de supervivencia que el Creador les ha otorgado. La forma en que el Creador ejerce Su autoridad no se adhiere con rigidez a un macropunto o micropunto de vista ni se limita a forma alguna; Él es capaz de ordenar las operaciones del universo, y tener soberanía sobre la vida y la muerte de todas las cosas; además, es capaz de manejar todas las cosas para que le sirvan; puede gestionar todo el funcionamiento de las montañas, los ríos, y los lagos, y gobernarlo todo dentro de ellos. Y, lo que es más, es capaz de proveer lo necesario para todas las cosas. Esta es la manifestación de la autoridad única del Creador entre todas las cosas aparte de la humanidad. Semejante manifestación no es para una vida solamente; nunca cesará ni descansará; nadie ni nada puede alterarla ni dañarla, añadirle ni deducirle, porque nadie puede reemplazar la identidad del Creador. Por tanto, ningún ser creado puede reemplazar Su autoridad, que es inalcanzable para todo ser no creado.
de ‘Dios mismo, el único I’ en “La Palabra manifestada en carne (Continuación)”
Los destinos de la humanidad y del universo están íntimamente entretejidos con la soberanía de Dios, inseparablemente vinculados con las orquestaciones del Creador; al final, no pueden desenredarse de Su autoridad. A través de las leyes de todas las cosas el hombre llega a comprender la orquestación del Creador y Su soberanía; a través de las normas de supervivencia percibe Su gobierno; a partir de los destinos de todas las cosas saca conclusiones sobre las formas en las que Él ejerce Su soberanía y Su control sobre ellas; y en los ciclos de vida de los seres humanos y de todas las cosas el hombre experimenta realmente las orquestaciones y disposiciones del Creador para todas las cosas y seres vivos, y presencia realmente cómo las mismas sobrepasan a todas las leyes, reglas, e instituciones terrenales, y a todos los demás poderes y fuerzas. A la luz de esto, la humanidad se ve empujada a reconocer que ningún ser creado puede violar la soberanía del Creador, que ninguna fuerza puede meterse en medio de los acontecimientos y las cosas predestinados por Él ni alterarlos. Bajo estas leyes y normas divinas, los seres humanos y todas las cosas viven y se propagan, generación tras generación. ¿No es esta la verdadera materialización de la autoridad del Creador?
de ‘Dios mismo, el único III’ en “La Palabra manifestada en carne (Continuación)”
Fuente del artículo: Iglesia de Dios Todopoderoso